El susurro del viento no cesa y empieza a hacer frío. Las luces dibujadas en el horizonte se van haciendo mas y mas pequeñas a medida que el barco se aleja del puerto de Barcelona. Cuando en el horizonte es todo oscuridad, decido bajar a mi camarote. Encima de la ropa que llevo, me pongo una sudadera gris, y una bufanda a conjunto. Cojo mi cámara y mi dinero y vuelvo a cubierta. Me siento en la barra donde pido un café con leche... Todo parece un sueño... Un sueño del que no quiero despertar. En unas horas, estaré pisando suelo italiano, donde empezaré una nueva vida. No tengo casa, no tengo trabajo, no tengo nada. Empezar de nuevo. Ese es mi deseo...
- Uff... ¿como te llamas, bombón?- Escucho que dice una voz grave, y desagradable. Al girarme, veo que es un chico de unos veintipocos que viste un traje algo peculiar (no es que los estampados de leopardo me gusten mucho...)
- ¿Que pasa, se te ha comido la lengua el gato? Si quieres también te la puedo comer yo.- Dice acercándose a mi. Entonces, asqueada, me aparto y le digo:
- No me toques. Lárgate ahora mismo y déjame en paz por favor.
- Uiuiui... pero si es una mojigata! Veamos... mejor me quedo aquí contigo. Te puedo enseñar muchas cosas nuevas.
- Te he dicho que te largues, cerdo!
- ¿Y si no me voy que haces?
Entonces alguien dice:
- Para empezar, yo te partiré la cara. ¿Es que no entiendes lo que te dice? Lárgate.
- Vaya guapita, me podías haber dicho antes que tenias dueño. Cuando el pamplinas este, te demuestre que no es el hombre que soy yo, ven a mi camarote. Lo pasaremos bien.- Dice el muy asqueroso antes de irse.
Entonces me fijo en el chico que me acaba de sacar a un pelmazo de encima. Es un chico de mas o menos mi edad, sobre unos veinte años. Es moreno, alto y de ojos oscuros. Tiene una sonrisa muy peculiar, y su mirada es increíble. Y enseñándole una de mis mejores sonrisas, le digo:
- Muchísimas gracias. No tenias porque...
- ¿Bromeas? Era un cerdo. Parece mentira que existan personas así. Que asco. No tienes porque darme las gracias...
- Me llamo Mariona. ¿Tú?
- Lucca. ¡Encantado!- dice mientras le doy dos besos.
- ¿Eres italiano? Es que yo es la primera vez que voy a Italia... y estoy un poco perdida...
- Sí. Nací en Roma, pero con 6 años, me mudé a España... Desde entonces, solo veníamos a visitar la familia, pero he decidido empezar de cero, y ¿que mejor lugar que donde nací?
- Vaya... yo tambien quiero empezar de cero. Pero lo mio es mas arriesgado. No se hablar italiano... - Digo mientras mis mejillas cogen un tono rosado.
- hahahaha, no te preocupes... No creo que eso sea un problema- Dice con una enorme sonrisa. - ¿Donde vas a vivir?
-Sinceramente, no tengo la menor idea... No he planeado nada. Quiero que este viaje, sea una aventura que jamás olvide.
- Yo he alquilado un pisito en Roma. ¿Que te parece instalarte unos días con migo hasta que sepas lo que quieres hacer?
-Bfff... no quiero causar molestias.
- No es ninguna molestia, enserio.... ¿que te parece?
- Genial, me parece genial. Una buena manera de empezar esta aventura, a tu lado.
- ¿Eres italiano? Es que yo es la primera vez que voy a Italia... y estoy un poco perdida...
- Sí. Nací en Roma, pero con 6 años, me mudé a España... Desde entonces, solo veníamos a visitar la familia, pero he decidido empezar de cero, y ¿que mejor lugar que donde nací?
- Vaya... yo tambien quiero empezar de cero. Pero lo mio es mas arriesgado. No se hablar italiano... - Digo mientras mis mejillas cogen un tono rosado.
- hahahaha, no te preocupes... No creo que eso sea un problema- Dice con una enorme sonrisa. - ¿Donde vas a vivir?
-Sinceramente, no tengo la menor idea... No he planeado nada. Quiero que este viaje, sea una aventura que jamás olvide.
- Yo he alquilado un pisito en Roma. ¿Que te parece instalarte unos días con migo hasta que sepas lo que quieres hacer?
-Bfff... no quiero causar molestias.
- No es ninguna molestia, enserio.... ¿que te parece?
- Genial, me parece genial. Una buena manera de empezar esta aventura, a tu lado.
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