Beach...

Ella está estirada en la cama, escuchando musica a todo trapo para no escuchar su cabeza. Tiene el corazón roto en mil pedazos le hecha de menos. Irónico ¿verdad? ¿Como se puede echar de menos, algo que nunca ha sido tuyo? Entonces, alguien abre la puerta de su habitación, es Rocio, su madre.

- Blanca, te reclaman en la puerta. 

- No tengo ganas de ver a nadie. Sea quien sea, dile que estoy dormida, o inventate alguna excusa.

- Blanca, no puede ser que estés deprimida en la cama, sea por lo que sea. Haz el favor de bajar.

Lentamente, enfadada, se levanta de la cama. Cuando està bajando las escaleras, ve su imagen reflejada en el espejo. Tiene los ojos hinchados de tanto llorar, el pelo despeinado y la camiseta ancha que lleva, no le favorece.

Abre la puerta, y se encuentra a las personas más especiales del mundo

- ¿que hacéis vosotros aquí?

Dice Blanca, que no entiende nada de nada. Esas personas, son: Bruno, Leo y Diana. Sus amigos.

- Llevas tres días sin aparecer por el instituto... estábamos preocupados. -Dice Bruno. 

- Blanca, venimos a sacarte una sonrisa.- Dice Leo con un brilllo especial en los ojos- A hacerte pasa momentos inolvidables y especiales. A que te olvides de él.

- Es decir, que venimos a secuestrarte. - Dice Diana entre sonrisas.

Una diminuta sonrisa, se dibuja entre sus labios.

- Venga, vamos sube al coche!

- Pero estoy echa un asco. Diana, ¿me acompañas y me cambio de ropa?

- ¡Vaaaa! ¡Cooooorre!

10 minutos después todos están en el coche, camino a no se sabe donde. Blanca se ha puesto lo primero que ha pillado: unos shorts vaqueros y una básica azul.

Han parado y han salido del coche.Todo cuanto les rodea, es bosque. Diana coge la mano de blanca mientras Bruno le venda un pañuelo azul en la cabeza, tapándole los ojos. Blanca inspira, y le llega un dulce olor  a libertad, a bosque, a mar... Entonces, cuando le quitan el pañuelo, lo único que Blanca ve, es el mar. La han llevado a una cala solitaria.

Todos la rodean, y la miran esperando que diga algo. Entonces ella, simplemente sonrie. Bruno coje en brazos a Diana, y la tira al agua.

Leo mira a Blanca pero ella, que se ha dado cuenta de sus intenciones, hecha a correr. Pero Leo es demasiado rápido, y la alcanza. Acaban los dos estirados en la húmeda arena, Y es que lleva una semana lloviendo.
- ¿Como lo estas pasando?- Pregunta Leo, con miedo a recordarle a Blanca que hace una hora estaba sola llorando en su habitación.
- Genial, muchísimas gracias por todo... os necesitaba... os necesito.
- Nadie sabe que te pasa, llevas así demasiado tiempo. Si necesitas hablar aquí estoy.
- Es él. 
- ¿Blanca te das cuenta de que llevas en plena depresión casi una semana? ¿Enserio crees que alguien que te quiere, permitiría que estuvieses así? ¿Como puedes dejar que te afecte tanto? 
Sin poderlo evitar, una lagrima resbala por la mejilla de la joven.
- Leo, lo amo. 
- Blanca, en el mundo hay más chicos. Miles de chicos capaces de hacerte sonreir, de las maneras mas raras y estúpidas que jamas pensarías. Miles de chicos que te harían disfrutar de todos los momentos del día. Miles de chicos, que jamás permitirían que nadie te hiciese llorar. No pierdas el tiempo, llorando por el único chico que te trata mal, y no te cuida. 
- Gracias por todo, Leo. Eres enorme.
- Por favor, dile esa frase al capullo que esta besando a Diana en el agua. Que luego siempre me llama enano.


Y así, blanca logró olvidar sus penas, gracias a ellos.