El Coliseo Romano, la Fontana di Trevi, El Panteón, el Arco de Cosntantino, la Plaza España, la Plaza Navona, El Jardín del Lago y el Templo de Esculapio... Creo que he recorrido todas las calles de Roma, en un solo día! Hemos llegado a medianoche a casa de Lucca, los dos reventados. Hemos comido pizza, y hemos cenado más pizza. Esto está siendo increíble... Por no hablar de todas las fotos que he hecho...
Abre la puerta de su apartamento, y los dos entramos.
- Voy a ponerme el pijama.- Digo mientras me quito los zapatos. (Tengo los pies destrozados.)
- Aquí te espero.- Dice él con una sonrisa pícara.
Al volver con mi pijama de hello kity, en su cara se dibuja un sonrisita burlona.
- Solo te falta el peluche...
- Cállate, a saber como es el tuyo.
- Es perfecto, te encantará. Remarca todas mis virtudes.
Sin poder evitarlo, me sonrojo al momento de imaginármelo con su pijama. Entonces, él, se acerca a mi sin dejar de mirarme. Parece que el tiempo se detiene, que solo existimos él y yo en este mundo. Y es que en todo el día, ha habido algún que otro roce tonto...
- Primer día en tierras Italianas, y ya hay uno deseando besarte.
- Pues sea quien sea, que lo haga.
Entonces, se acerca lentamente y me susurra:
- No sabia que te iban tan... maduritos.- dice con una sonrisita burlona señalándome la ventana.
Entonces yo sin entender nada, miro hacia donde me señala. Veo el bloque de pisos de enfrente. Escondido tras unas cortinas de color verde suave, hay un señor de unos 75 años, mirándome fijamente.
- Es que vas provocando... ¡Creo que le encanta tu pijama!
Esta me la va a pagar. Poco a poco, me acerco a él. Cuando solo nos separan unos centimetros, deslizo mi mano por su torso. Me pongo de puntitas, y mis labios están apunto de rozar los suyos. Lo miro a los ojos, que me miran con deseo. Me acerco a su oreja izquierda y le susurro:
Lástima de que me vayan más los maduritos, eh.
No hay comentarios:
Publicar un comentario